En la indiferencia de nuestras conversaciones o en
realidad en el intercambio de algunas palabras van ocultas ciertas intenciones,
pero el miedo y esta inseguridad que insiste, permanece en mí, pese a la
infinidad de intentos fallidos de olvidarla, no me deja esto y variados
sentimientos no me permiten liberarme y decirte algo tan simple para lograr
tomar una sonrisa de tus labios, quizás desista de intentarlo pero en algún
momento el arrepentimiento me invadirá nuevamente.
Pero entonces ahora y aquí solo queda un beso en la
frente; sí, tan tarde que no puedes responder, tomo tu mano y al intentar buscarte en las calles tan solo veo
gente, autos, semáforos, luces blancas y las lagrimas de las personas con el profundo dolor de perderte, es
entonces que miro al cielo y se que la ausencia de tu ser provoca una profunda
nostalgia y este dolor con mi tristeza es grande en medio de la frustración.
Casiopea
Noviembre `05
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